Desde La Paz tomamos un bus hacia Copacabana, una ciudad que queda a orillas del lago Titicaca y que es el punto de partida para las visitas de las islas del Sol y de la Luna.
El trayecto nos dijeron dura 3 horas y media y atraviesa la puna con vistas maravillosas a los picos de la Cordillera Real y el lago.
Pero para nuestra sorpresa, al cabo de 2 horas de recorrido el bus llega a lo que parecía nuestro destino, un pueblo a orillas del mar, salvo que no se llamaba Copacabana. Los pasajeros los bolivianos inmediatamente se bajaron del bus y nos dicen que estamos obligados a hacerlo también... no entendimos mucho la cosa, hasta que vimos nuestro bus vacío montarse en una chalana y flotar en el lago.
Ahí comprendimos que íbamos a atravesar el lago y que para evitar hundimientos todos los pasajeros tenían que tomar una lancha para llegar al otro lado del lago. Una vez al otro lado, tuvimos que esperar un poco a nuestro bus y una vez que llegó retomamos la ruta hacia Copacabana.
Llegamos entonces a Copacabana a las 2 y media de la tarde, muertos de hambre y con unas pistas sobre los hosteles donde podíamos quedarnos pero nada concreto. Decidimos darnos un buen almuerzo , con sopa de maní y trucha antes de entregarnos a la tarea de conseguir un hostel. Logramos quedarnos en uno bueno, bonito y barato, no muy lejos de la playa (si si, hay una playa) y bastante central.
Esa noche Brent y Delphine, nuestros amigos del tour de Uyuni, nos llevan a ver el atardecer a orillas del lago en un camping que pertenece a un boliviano pero que unos argentinos llevaban desde hace unas semanas. Ellos estaban viajando en un camión por toda Suramérica pero en Ecuador se dieron cuenta que el camión no estaba en condiciones para seguir viajando hacia el norte del continente, así que tomaron ruta de regreso y decidieron instalarse en Copacabana porque "todos los días, el atardecer es completamente diferente al del día anterior". Y en efecto, el atardecer fue espectacular, con tonos rojos, amarillos y azules. A la noche siguiente volvimos al lugar a comprobar la teoría de los argentinos.
Atardecer día 1 |
Atardecer día 1 (toma 2) |
Atardecer día 2 |
Después de una noche reparadora nos fuimos a pasear por Copacabana:
- Su hermosa catedral, en donde pudimos asistir a una "bendición de movilidades", tanto peruanos como bolivianos se desplazan hasta Copacabana cada vez que compran un carro o autobus nuevo para que el cura de la catedral los bendiga. Para ello decoran los carros con guirnaldas y flores y compran cerveza o champaña local para bautizar los carros una vez recibida la bendición (no sin antes echar un traguito al piso -para la pachamama?- y otro traguito para ellos)
el pequeño mercado de decoraciones frente a la catedral |
- La Horca del Inca, que antes fue un observatorio astronómico para los Chiripas y los Incas
- El Cerro Calvario, con su magnifica vista del lago y del puerto de Copacabana.Para poder llegar al tope del cerro se recorren las 15 estaciones del via crucis.
- La silla del Inca: que se cree que fue una especie de tribunal Inca, con sus asientos tallados en la piedra.
- y por supuesto la playa de Copacabana
Al día siguiente salimos a descubrir el Lago de Titicaca y sus islas. El Lago de Titicaca se encuentra a una altura de 3800 m.s.n.m, posee una superficie de mas de 8550 km ² y es el lago navegable mas alto del mundo.
Tomamos un barco hacia la Isla del Sol que hacia una estratégica parada de una hora y media en la Isla de la Luna, lo que nos pareció perfecto puesto que queríamos visitar ambas islas.
La Isla de la Luna, también conocida como isla Koati, tiene una longitud de 2,8 km por 0,76 km de ancho y una superficie de 1,05 Km ² . Sólo 25 familias viven allí y se mantienen gracias a la pesca y la agricultura. Durante la guerra entre Bolivia y Paraguay, muchos presos políticos fueron llevados a cárceles improvisadas en esta isla.
El mayor atractivo de la isla es el Palacio de las Vírgenes o Ajla Huasi, un templo dedicado al dios Iñak Uyu. A este templo eran llevadas las niñas mas bellas de todo el imperio inca, donde eran recibidas por institutrices especiales que las iban a preparar a su futuro: ser esposas del emperador o de las grandes figuras políticas incas o ser sacrificadas en nombre de los dioses. Se dice que en medio del templo existía una escultura en forma de mujer de la cintura para arriba de oro y de la cintura para abajo de plata, que representaba la grandeza de la mujer y la imagen de la luna.
vista del puerto |
la hermosa vista hacia los cerros nevados de la Cordillera Real |
El mayor atractivo de la isla es el Palacio de las Vírgenes o Ajla Huasi, un templo dedicado al dios Iñak Uyu. A este templo eran llevadas las niñas mas bellas de todo el imperio inca, donde eran recibidas por institutrices especiales que las iban a preparar a su futuro: ser esposas del emperador o de las grandes figuras políticas incas o ser sacrificadas en nombre de los dioses. Se dice que en medio del templo existía una escultura en forma de mujer de la cintura para arriba de oro y de la cintura para abajo de plata, que representaba la grandeza de la mujer y la imagen de la luna.
La Isla del Sol, o Isla Titi karka que quiere decir Roca del Puma, tiene una longitud de 9,6 km por 4,6 km de ancho y una superficie de 14,3 km². Es la isla más grande del lago y por ello da su nombre a este hermoso lago. Varios vestigios se encuentran en esta isla, el principal es la Roca Sagrada o Roca de los Orígenes. La leyenda cuenta que de esta roca salieron el Dios Viracocha y los primeros incas, Manco Kapak y su mujer/hermana Mama Oclo, quienes crearon Cuzco y por ende el mundo.
Los habitantes de la isla se dividen en tres grandes centros, uno al sur llamado Yumani, uno al centro llamado Cha'lla y otro al norte llamado Cha'llapampa. Nosotros decidimos quedarnos a dormir en la parte sur de la isla donde desembarcamos después de la visita de la Isla de la Luna. Pero para poder llegar al pueblo lo primero que hay que hacer es enfrentarse a la Escalera del Inca, una buena subida de 30 minutos por una escalera de piedras construida por los incas (lo sentimos mucho pero no tenemos fotos)
Una vez instalados en unas cabañitas nos fuimos a descubrir el Pilko Kaina, unos vestigios propios de la cultura inca.
el pueblo de Yumani |
Esa noche comimos en un restaurant bien simpático llamado las Velas, donde el chef cocina la trucha a la perfección. Disfrutamos entonces de otro atardecer en Titicaca con un Kaj' (bebida especial de la casa caliente hecha a base de vino tinto y Pisco) a la luz de las velas.
Al día siguiente, fuimos a descubrir el otro lado de la isla. Para ello teníamos que tomar la Ruta Sagrada, una antigua ruta inca que une el sur y el norte. Apenas llegamos al peaje de entrada a la ruta, en el boleto, vemos un pequeño mapa con indicaciones de los diferentes pueblos y rutas secundarias y decidimos dar un paseito por una de estas rutas secundarias para descubrir el lado menos turístico de la isla. El paseito duró 4 horas de extensa caminata donde a veces el camino no estaba marcado, toda una aventura pero que disfrutamos a cada instante porque sabemos que las fotos no las tendrá mas nadie!
Después de estas 4 horas todavía nos quedaban 5km de la ruta sagrada por hacer para llegar al norte de la isla. No fue nada fácil, pues ya estábamos cansados y como en toda isla los arboles para dar sombra son inexistentes. continuamos entonces nuestra ruta bajo el sol inclemente. Pero los esfuerzos fueron recompensados, pues al final del camino descubrimos la famosa Roca Sagrada o Rodca del Puma (los dejamos a ustedes descubrir el famoso puma en la foto ;)),
la mesa ceremonial (donde probablemente se hacían sacrificios de humanos o animales)
y las ruinas de Chincana (también conocidas como El Laberinto).
Regresamos tarde a la cabaña luego de 8 horas y media de intensa caminata bajo el sol. Nos fuimos de nuevo a comer a Las Velas a disfrutar de un nuevo atardecer y de regreso a la cabaña tanto Laszlo como yo teníamos dificultades para dormir. No sabemos si fue la comida, el soroche (mal de páramo), la fatiga o aun la insolación, pero Laszlo paso una noche fatal con fiebre y demás. Casi ni dormimos. Al día siguiente tuvimos que ir al único centro de sanidad de la isla, perdido en medio de la isla y de difícil acceso (había que atravesar terrazas de cultivos para llegar). Gracias a la inyección y el té de coca, Laszlo recobró las fuerzas suficientes para regresar a Copacabana, pero no tantas como para soportar un trayecto de 3 horas y media hasta la Paz, así que decidimos quedarnos una noche más en Copacabana.
Al día siguiente, pasada la fiebre y los malestares, regresamos a La Paz, donde tuvimos que cancelar de nuevo el trek que teníamos previsto a "El Choro" y donde decidimos esperar la recuperación total de Laszlo antes de continuar el viaje.
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