Para ser del todo honestos, nosotros no habíamos previsto inicialmente hacer una parada por Montevideo. De lo que pudimos leer en nuestras guías de viaje la ciudad no tiene un gran interés turístico Pero en vista de que en Argentina impusieron un control de cambio (como todos los venezolanos sabemos, eso hace que sea mucho mas rentable llegar con dolares en efectivo y cambiarlos que sacar dinero del cajero) y que en Uruguay es posible sacar dolares de los cajeros, decidimos que valía la pena pasar algunos días.
Además tuvimos la suerte de que mi mejor amiga, mejor conocida como Machiste, tiene una tía que vive allá que aceptó gentilmente de alojarnos por esos días, super simpática :)
Así pasamos 3 días de intenso calor en casa de la Sra. Yolanda, el Sr. Eduardo y su hijo Sebastian -a los que agradecemos de corazón por su hospitalidad y atenciones- y paseando por la capital uruguaya que nos pareció mas una ciudad tranquila de provincia comparada a las metrópolis brasileñas que veníamos visitando. La ciudad tiene un cierto encanto y también un par de cosas lindas para visitar.
El centro de la ciudad es bien lindo aunque lo sentimos un poco solitario (hay que decir que estábamos en plenas vacaciones de verano donde 80% de la ciudad aprovecha para irse a las playas).
Pero sobre todo apreciamos dos cosas:
- la visita al Teatro Solis, recién restaurado y precioso. Algo que nos pareció interesante es que tienen tarifas accesibles para que todo el mundo pueda asistir a las presentaciones, organizan también viajes de pueblitos de la provincia a la capital para pasar el día en el teatro y hasta tienen una sala pequeña donde hay una escuela de teatro y desarrollan el talento local.
- un almuerzo bien agradable en un local del mercado del puerto con: rica carne, 2 botellas de "medio-medio" (una especialidad local: mitad de vino tinto y mitad de vino espumante) y conversaciones simpáticas (con un poco de ayuda del alcohol) con nuestros vecinos argentinos y el mesonero. Llegó el momento en el que hablaron de fútbol y el mesonero después de saber los orígenes húngaros de Laszlo comenzó a contarnos del "mejor partido de fútbol de la historia: la semi-final del mundial de 1954 entre Uruguay y Hungría" haciéndonos un resumen detallado. Bien gracioso!
Próximo post: nuestros 20 días de descanso y disfrute en Buenos Aires!
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