Regresamos a Perú y en especial a Arequipa, ciudad que ya conocemos bastante bien y que nos hace sentir un poco como en casa. Hasta regresamos al mismo hostel y a la misma habitación para retomar las viejas costumbres.
De la región de Arequipa ya habíamos visto casi todo con la excepción del Cañón de Cotahuasi. Este cañón es el mas profundo del mundo (es el doble del famoso Gran Cañón en EEUU) y a diferencia del Cañón del Colca que hicimos el año pasado, mucho menos turístico. Así que adiós boleto turístico!
Primera parada: Cotahuasi, el pueblo principal de la región (al que llegamos a las 3 am luego de un laaaargooo y dificil trayecto en bus).
Laszlo aprovechó la parada para cortarse el cabello ya que como verán... le hacía falta!
Primera parada: Cotahuasi, el pueblo principal de la región (al que llegamos a las 3 am luego de un laaaargooo y dificil trayecto en bus).
Laszlo aprovechó la parada para cortarse el cabello ya que como verán... le hacía falta!
Hay muchísimas cosas por ver en el Cañón, el único detalle es el transporte: para la mayor parte de los otros pueblos por visitar un solo colectivo hace el traslado! así que hay que organizarse bien para no quedarse varados en medio de la nada y sobre todo para lograr ir sentados porque si no son 4 horas en una carretera de montaña de tierra.
- Nuestro primer destino fue Pampamarca.
Al llegar nos fuimos directo al hospedaje de la Sra. García que ya nos habían recomendado. En el 2do piso de su almacén, tiene un dormitorio con 6 sencillas pero cómodas camas. Esa noche tratando de buscar qué comer ella nos propone de acompañarlos en algo que ya es tradición para ellos. En medio de un campo de choclo, papas y maíz, nos sentamos alrededor de un hueco hecho en la tierra donde cocinaban con brasas un montón de papas andinas y choclo. Todo esto bajo la luz de la luna y las estrellas. Eramos unos 12 alrededor de las brasas: un italiano, nosotros dos, y 2 parejas con sus niños. Un momento bastante especial.
Al llegar nos fuimos directo al hospedaje de la Sra. García que ya nos habían recomendado. En el 2do piso de su almacén, tiene un dormitorio con 6 sencillas pero cómodas camas. Esa noche tratando de buscar qué comer ella nos propone de acompañarlos en algo que ya es tradición para ellos. En medio de un campo de choclo, papas y maíz, nos sentamos alrededor de un hueco hecho en la tierra donde cocinaban con brasas un montón de papas andinas y choclo. Todo esto bajo la luz de la luna y las estrellas. Eramos unos 12 alrededor de las brasas: un italiano, nosotros dos, y 2 parejas con sus niños. Un momento bastante especial.
Al día siguiente nos lanzamos una caminata de 2 horas (1000m de desnivel) para descubrir el bosque de piedras, un lugar super especial al tope de una montaña con formaciones rocosas blancas. La vista del cañón desde este punto es increíble.
la vista del cañón desde la montaña |
- También visitamos la Catarata de Sipia:
- Y por ultimo hicimos un tour hacia Quechualla, una de las partes mas bajas del cañón.
- Y por ultimo hicimos un tour hacia Quechualla, una de las partes mas bajas del cañón.
Lo mejor de este paseo fue sentirnos parte del paisaje y vivir al ritmo de estos pueblitos: discutiendo con la gente en el colectivo, volviéndonos locos con la música peruana y pasando 30 minutos en el bus esperando mientras los pasajeros cargan y descargan frutas, vino, etc.
De regreso en Arequipa decidimos ir a visitar el Monasterio de Santa Catalina de noche. Ya conocíamos el lugar y la historia gracias a la visita guiada que habíamos hecho 6 meses atrás, así que esta vez la idea era disfrutar del lugar sin la multitud de turistas que lo visitan de día. Para la visita nocturna las habitaciones están iluminadas con velas y en las cocinas de las habitaciones hay fuego de leña encendidos, así se puede sentir la soledad y tranquilidad en que vivían las monjas de la época.
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