12 diciembre 2012

Belém, última etapa en la amazonía brasilera

Para concluir nuestros 40 días en la selva tropical terminamos el descenso por el río Amazonas hasta su desembocadura en Belem. Por supuesto, eso significo un 5to y ultimo barco. Este duro 2 días, que pasamos en compañía de Spag, nuestro pana fotógrafo.

Cosas particulares en este barco:
 
- su tamaño, esta vez el barco era enorme, casi el doble de los barcos que habíamos tomado hasta ahora.
 
- su sala hamacas "VIP", en la que pudimos dormir, con aire acondicionado y muchisiiimo espacio libre.
 
una foto de nosotros en el barco tomada por nuestro amigo Spag (www.spagphotography.com)

- los tipos borrachos a las 2 de la tarde después de haberse tomado yo no se cuanta cervezas y no sé cuantas botellas de whisky con coca cola que se mecían y tambaleaban por la tarde en el bar del barco.
 
- un paseíto por un afluente bastante estrecho antes de llegar a la desembocadura en Belém. Tranquilo y bien simpático para observar la flora y la vida  al borde del río. No habían pueblitos sino una serie de casitas, todas iguales y distanciadas entre ellas, extraño.
 
...y la venta de comida
De nuevo el vaivén de cajas en cada puerto...

- aun mas extraño y hasta un poco triste: los niños que se acercaban al barco en piroga para recuperar bolsas de chucherias que le tiraban los pasajeros del barco. Era así como ver un zoo humano lo que por supuesto nos pareció horroroso. Esta es la segunda vez que vemos este tipo de comportamiento en Brasil, la primera vez fue en agosto en el tren que iba de Curitiba a Morretes.
 
- la pésima comida del barco que además no estaba incluida en el precio. De lejos la peor comida de los 5 barcos que hemos tomado y eso es bastante decir si tomamos en cuenta la comida de los barcos peruanos a base de arroz, pasta y carne sancochada! Normalmente los bares sirven hamburguesas lo que nos hubiera podido salvar de la situación salvo que esta vez solo tenían "misto quente", es decir un vulgar sandwich de queso y jamón... igual tuvimos que contentarnos con eso.
 
- los vecinos escandalosos y poco respetuosos en medio de la noche.
 
- una ultima noche en el barco con una marea increíble, lo que no es practico cuando se duerme en hamaca, ya que me mecía tanto que terminaba pegándole a Laszlo y a Spag.

Pero por fin podemos decirles que "Se acabaron los barcos!". Bienvenidos entonces a tierra firme y a los trayectos en bus. De verdad estamos contentos de haber terminado esta etapa aun si los precios bajos y el ambiente en el barco van a hacernos falta.

En Belém nos quedamos 3 días, el tiempo de:
 
- pasear por una especie de mercado de artesanos en la plaza principal. Pudimos apreciar la vida de la ciudad: llena de asociaciones de todo tipo (AIESEC incluida) que animan en el mercado para denunciar la violencia contra las mujeres, vender galletas y hacer una demostración de rescate de los boy scouts, denunciar las víctimas de la violencia en Sao Paulo, etc. Definitivamente simpático y fuera de lo común.
 
- ir a un concierto de samba sobre unos depósitos al borde del mar transformados en galería de arte y feria de comida super chic. El único problema es que los restaurantes que se encuentran ahí son todos extremadamente caros y por supuesto fuera de nuestro alcance. Así que tuvimos que dejar el concierto para ir a comernos un X-burger (en portugués la X se pronuncia "chi" y es como si dijeras "cheese-burger") en un perro calientero cercano.





- pasear por el mercado "Ver-o-peso" (trad: ver el peso, era el antiguo mercado de pescadores donde cada mañana ellos iban a "ver el peso" de la mercancía que iban a vender), un mercado inmenso super colorido.






- pasear por las calles y las plazas, llenas de matas de mango.



- ver la ultima película de James Bond en un nuevo centro comercial. Nos sentimos de verdad fuera de lugar con nuestra pinta de mochileros en medio de todas las tiendas chics y los brasileros adinerados vestidos como si fueran a un evento importante, pero pudimos ver la película en ingles subtitulada y evitar el "o meu nome e bondje, james bondje".
 
- visitar la casa de las 11 ventanas y el fuerte Presepio.










Aquí estamos de nuevo en la costa del Atlántico. Ahora descenderemos por ella durante 3 meses, disfrutando del sol y las playas. La Amazonía y su ritmo tan particular nos dejaron unos increíbles recuerdos.

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